INTERNISTA DE PSICOLOGÍA ORGANIZACIONAL
LAURA A. ASMAT RUBIO
EL ADN ORGANIZACIONAL
Así
como el comportamiento de los seres vivos depende en gran medida de su ADN, las
compañías también poseen un ADN organizacional que determina el desempeño de
todos y cada uno de sus empleados. Pero si dicho ADN organizacional no está
bien constituido, entonces el interés individual no coincidirá con la agenda
general de la compañía, lo que resultará por tanto en un pobre rendimiento.
Los
elementos esenciales del ADN corporativo son: la toma de decisiones, el flujo
de información, las motivaciones y la estructura. Cada uno de estos elementos
debe funcionar en consonancia con los demás para poder propiciar un buen
desempeño organizacional.
La
metáfora del ADN es útil para comprender las características idiosincrásicas de
una organización. Como el ADN de los organismos vivientes, el ADN de las
organizaciones consiste en cuatro “ladrillos básicos” que se combinan para
expresar diferentes identidades.
Los cuatro “ladrillos” del ADN organizacional:
- · Derechos para la toma de decisiones
- · Información
- · Motivaciones
- · Estructura
Cuando
los cuatro “ladrillos” están alineados y se complementan, entonces las
organizaciones producen resultados y cumplen los compromisos asumidos con los
clientes, los inversores y los empleados. Si alguno de los “ladrillos “está
fuera de lugar, entonces la compañía no puede realizar todo su potencial. En
síntesis, la gente debe poseer información para tomar decisiones, incentivos
para hacer las cosas bien y autoridad para poder actuar.
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