miércoles, 6 de noviembre de 2013

Internista de Psicología Organizacional
     Susan Elías Adrianzén.

CALIDAD DE VIDA LABORAL EN EL PERÚ

La calidad de vida laboral es definida como una filosofía de vida, un conjunto de creencias que engloban todos los esfuerzos por incrementar la productividad y mejorar la motivación de las personas, enfatizando la participación de la gente, la perseveración de su dignidad, la eliminación de aspectos disfuncionales de la jerarquía organizacional.

Todos estos términos -utópicos aún en una sociedad donde prima el deseo por producir y ganar, donde usan al empleado como una herramienta para este fin- engloban diversos sub temas que, como iremos analizando, en muchos casos quedan como una bonita y ordenada teoría:

En primer lugar, se habla que los trabajadores deben  obtener adecuadas retribuciones con las cuales mantengan un estándar social aceptable para vivir, aunque somos testigos de que una cantidad considerable de peruanos vive en condiciones no muy acomodadas, perteneciendo a la clase C O D de los estratos sociales. Siendo en el 2013 28 y 33% de la población total según  Oficina  Económica y Comercial  de Lima.

Otro de los términos que clasifican la calidad de vida laboral, incluye el hecho de que las empresas deben brindar condiciones de seguridad y bienestar profesional, pero nuevamente nos encontramos diariamente con noticias escalofriantes de obreros accidentados en sus centros de trabajo, sin ser provistos de las condiciones necesarias para protegerse, nos topamos con personas que ven su trabajo como un sacrificio y no como un lugar para disfrutar los logros de su elección.

De modo pintoresco se puede ilustrar el entorno laboral como la cueva donde es obligación ingresar, donde se tiene que sortear una serie de obstáculos y vencer al ogro malvado que se halla dentro de ella, para obtener el fruto deseado escondido en lo profundo de sus oscuros huecos, donde se lucha por sobrevivir, en el que gana el más fuerte y es vital derrotar a los contrincantes, una verdadera jungla, donde al ogro le conviene mantener ese caos e involución humana para ser él, el que goce de la calidez de la cueva y de los frutos que se hallan allí dentro.

Ahora, basémonos en el supuesto de que esto no ocurriera, que todos los conceptos descritos al inicio de este artículo se estuvieran llevando a cabo, pues, la historia sería distinta, ya no existieran los ogros y por el contrario estos serian los guías, los que mostraran otros caminos, donde no solo se hallaran los frutos sino también una fuente de motivación a evolucionar a poner en práctica habilidades guardadas pero existentes, donde trabajar sea un placer y los empleados se sientan valorados, incluidos en una gran familia y todo en beneficio tanto del personal como de la empresa que pondrá en práctica estas habilidades para obtener más de los que desea.


Para que esta realidad sea palpable para todos, tendremos que esperar un poco más de tiempo, mientras nosotros, los futuros profesionales y los que están ya en el campo, vamos cavando poco a poco sobre la dura coraza de la sociedad y sus entidades y dando el valor que se merece el recurso humano.

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